Queiróz cree en las chances de Irán

Está en un grupo complicadísimo. Comparte la zona con España (gran candidato al título) y Portugal, que de la mano de Cristiano Ronaldo va en busca de lo máximo. Y como tercera fuerza se presenta Marruecos, un exponente del fútbol desfachatado de Africa. Sin embargo, el entrenador portugués, Carlos Queiróz, que dirige a la selección de Irán, cree en su equipo.

” La selección de Irán ha crecido mucho. Con la experiencia de la Copa del Mundo de la FIFA-Brasil 2014 y la posterior transferencia de varios futbolistas hacia Europa, nos hemos vuelto más sólidos y competitivos. No es lo mismo jugar en las ligas asiáticas que en el fútbol internacional. El equipo progresó, nos hemos vuelto mejores. Somos el mejor equipo de Asia en la Clasificación de la FIFA, pasamos la eliminatoria sin derrotas y apenas sufrimos un par de goles en contra. Por eso venimos a Rusia con un sueño bien claro”, señaló el DT al sitio web oficial de la FIFA.

Queiróz tiene claro que integra uno de los grupos más difíciles, que España y portugal son candidatos al título, pero piensa que su equipo debe progresar, debe evolucionar y sumar rodaje no sólo para este Mundial sino para las competencias asiáticas que se aproximan. “Debemos pasar de ronda”, se fija como objetivo primordial.

“Enfrentaremos a España y jugaremos (se ríe, por su condición de portugués) con Portugal. Tendré enfrente un futbolista que quiero como Ronaldo”, dijo el DT, que tuvo a Cristiano en Manchester United y en la selección portuguesa en el Mundial de la FIFA-Sudáfrica 2010.

Allí va el sueño y la esperanza de Irán. Sostenida en futbolistas como Sardar Azmoun, Saeid Ezatolahi y Milad Mohammadi, que actúan en Rusia y conocen el medio. O Ashkan Dejagah, Saman Ghoddos, con experiencia en Europa.

Allí está el seleccionado que conocimos en el mundial de Argentina 1978, que luego sumó participaciones en Francia 1998, Alemania 2006 y Brasil 2014; un equipo que llegó al puesto 15º del ranking FIFA y que ahora sueña con clasificarse en un grupo que parece imposible.

 

Hernán O’Donnell